Soy una gran defensora de practicar el reconocimiento en la vida personal y profesional.
El reconocimiento es una de las fuentes de satisfacción personal que tiene el ser humano para sentirse a gusto en su vida y en su trabajo. A todos nos gusta que nos digan lo bien que hacemos las cosas, lo bueno que somos en algo, la buena persona que somos, el valor que tiene lo que hemos conseguido, lo importantes que somos… El reconocimiento nos hace sentirnos satisfechos con nosotros mismos, nos motiva a seguir, potencia la mejora continua, recompensa el esfuerzo realizado, aumenta nuestra autoestima y nos ayuda a comprometernos con nosotros mismos y con los demás.
Por lo tanto, si el reconocimiento tiene tantos beneficios, ¿crees que su práctica en el mundo laboral puede ser muy beneficiosa para la empresa?
Yo creo que sí, estoy convencida.
Beneficios del reconocimiento laboral:
- Alinea los intereses de la organización con los de los empleados.
- Refuerza valores y comportamientos.
- Potencia el cambio, la iniciativa y la mejora continua.
- Impulsa la productividad, la competitividad y la consecución de resultados.
- Favorece la colaboración entre compañeros.
- Aumenta el compromiso y el sentido de pertenencia.
- Facilita el trabajo en equipo.
- Aumenta el nivel de la satisfacción laboral.
- Comparte el éxito de la empresa con sus empleados.
- Mejora la capacidad para fidelizar a los empleados.
Ahora que ya conocemos algunos de los beneficios que nos puede aportar el reconocimiento, llega el momento de saber qué acciones podemos reconocer y cómo vamos a practicar la cultura del reconocimiento. Antes de definir la política de cultura del reconocimiento, es importante que tengamos presente “la cultura de empresa”, para que ambas estén alineadas con los objetivos estratégicos.
Acciones que podemos reconocer:
- La aportación de iniciativas e ideas.
- Tener una actitud colaboradora y predispuesta.
- Asumir nuevos proyectos y responsabilidades.
- Conseguir los objetivos fijados.
- Realizar el trabajo de forma excelente.
- Adaptarse a los cambios de forma rápida y positiva.
- Colaborar con los compañeros y favorecer el buen laboral.
- La formación continua y la adquisición de nuevas competencias.
- El compromiso y el sentimiento de pertenencia.
- El apostar por el crecimiento y el desarrollo profesional dentro de la compañía.
- El poner a disposición de la empresa todas las competencias.
Prácticas de reconocimiento:
- Felicitar al empleado por el buen trabajo realizado y agradecerle el esfuerzo realizado.
- En las reuniones de departamento o de empresa manifestar que los resultados conseguidos son gracias al excelente trabajo de todo el equipo.
- Comunicar al empleado cuáles son sus mejores competencias.
- Comunicar a toda la empresa el nombre del empleado que propuso la idea o la mejora que se puso en práctica y agradecerle su aportación.
- Manifestar al empleado lo importante que es él para la empresa y el trabajo que realiza.
- Agradecer la predisposición, la actitud positiva y colaboradora.
- Invertir en formación y aprobar las demandas de formación que nos soliciten.
- Promocionar a los mejores empleados.
- Evaluar como muy satisfactorio el desempeño de los mejores empleados.
- Valorar el sobre esfuerzo, la dedicación y la fidelidad a la empresa.
- Retribuir a los empleados en función de su nivel de desempeño y de sus competencias.
La cultura del reconocimiento debe estar presente en toda la organización, empezando por los fundadores, consejo administración, comité de dirección, gerencia, managers y acabando por el resto del equipo. Es muy recomendable que entre compañeros se practique el reconocimiento, ya que facilita el trabajo en equipo, mejora la confianza, la relación entre compañeros y el ambiente laboral.
Como conclusión, el reconocimiento es una poderosa herramienta que tienen las organizaciones para mejorar el compromiso de sus empleados, impulsar la excelencia, promover el éxito compartido y fidelizar al mejor talento.
¡Os animo a practicar el reconocimiento!